La trilogía de relatos de Eduardo Zúñiga sobre la guerra
civil (Largo noviembre en Madrid, La tierra será un paraíso y Capital de la gloria) constituye, a mi
juicio, una de las cumbres de la narrativa española dedicada a este tema. En
dos artículos sucesivos me voy a ocupar del autor y de su obra.
En el primero
esbozaré una semblanza biográfica del autor, una bibliografía de su obra
escrita y un “diccionario personal”, elaborado al hilo de diversas entrevistas
y declaraciones del autor. En el segundo, analizaré algunos aspectos concretos
de esa trilogía
ACERCAMIENTO A JUAN EDUARDO
ZÚÑIGA[i]
El recuerdo
nos mantiene con vida (Juan Eduardo Zúñiga)
Juan Eduardo
Zúñiga nació en Madrid, posiblemente en el año 1919, en el seno de una familia
de clase media “más bien modesta”, de ideología conservadora. Su padre había
estudiado farmacia en Salamanca y ejerció como farmacéutico de la Cruz Roja.
Era un hombre religioso y monárquico,
muy querido entre sus empleados. Su madre “era una persona muy soñadora; creo
que esto lo he heredado de ella”.
Vivió una
infancia solitaria en un chalet del barrio de la Prosperidad, recluido en una
habitación en la no entraba nadie: “estaban mis juguetes y mis libros” (…) Mi
aislamiento era muy grande”. A los doce años cae en sus manos un cuento de
Turgueniev que le afectó profundamente: ”Recuerdo que pensé muchos sobre esas
relaciones frustrantes, los amores contrariados. La incertidumbre…” Apenas
sigue una escolaridad regular, con algún profesor en casa: autodidacta
El estallido de
la guerra civil le afectará profundamente: “Cayó como una losa. Mi carácter se
hizo ahí aún más reservado porque presencié cosas que no podía presenciar”.
Vivía entonces en la calle de Bravo Murillo: “Ibas por la Glorieta de Quevedo,
alguien andaba cerca de ti y de pronto caía al suelo: una bala perdida le había
atravesado la cabeza. Eso era habitual. Nosotros estábamos viviendo en el
límite de la zona de guerra y también en eso fuimos unos privilegiados: no cayó
ninguna bomba en casa. Pero más allá de Bravo Murillo comenzaba la
contienda”. A finales de 1937fue
movilizado pero “estaba tan flaco que me destinaron a servicios auxiliares”. En
sus largos recorridos atravesando Madrid
no dejaba de ver “cadáveres deshechos por el bombardeo de una casa mientras
llegaban los coches para recogerlos y gente alrededor dando gritos al comprobar
que habían muerto familiares. Y el hambre, y los tiroteos”. La lectura,
primero, y la escritura después fueron su refugio personal frente a la muerte y
la destrucción: “Aquellos largos meses de la Guerra Civil fueron una época de
gran intranquilidad y de muchas lecturas; entonces comencé a anotar lo que veía
y oía y esos fueron los primeros apuntes de lo que después serán los relatos
sobre la contienda. Viví con desconsuelo el horror de una guerra que hizo de mí
un pacifista a ultranza. Y aquellas experiencias nutrieron el núcleo central de
lo que sería mi obra y a la vez conformaron una especial sensibilidad ante el
sufrimiento de miles de personas en una ciudad cercada”.
“Durante tres años, en el Madrid sitiado, yo
había estado leyendo periódicos de izquierda y literatura revolucionaria. Así
que cuando llega la posguerra yo ya llevo sobre mí una considerable carga tanto
crítica como analítica” En esa postguerra (“que duró mucho”) estudió Filosofía
y Bellas Artes y se especializó en el siglo XIX español y en las literaturas y
culturas eslavas.
En los años
cincuenta, por afinidades políticas e ideológicas, entra en contacto con un
grupo de jóvenes escritores algo más jóvenes que él, muy cercanos todos ellos
al Partido Comunista, entre los que destacan autores como Antonio Ferres,
Armando López Salinas, Jesús López Pacheco y Alfonso Grosso: “Nuestro grupo
supuso una innovación en la literatura que se hacía en España porque introdujo
en ella una corriente contestataria, obrerista, muy crítica con los mecanismos
sociales”. Pero dentro de un imperativo moral y ético común que les llevaba a
defender una literatura comprometida y de denuncia, las ideas estéticas de
Zúñiga diferían bastante de las del grupo del realismo social: “Poco a poco me
fui distanciando de la opción estética que había representado nuestro grupo,
cuyos postulados fui yo el que menos compartió, dada mi inclinación personal
hacia una literatura más simbólica”.
Casado desde 1956
con la también escritora Felicidad Orquín, muy ligada al mundo de la literatura
infantil, durante muchos años llevó una vida recogida y alejada del mundillo
literario, ocupado en una escritura silenciosa y oculta y en trabajos de
diversa índole que le ayudaran a sobrevivir: “Las condiciones de España no eran
aptas para una total libertad de expresión: la intervención de la censura era
muy grande, y por eso me orienté hacia otros tipos de trabajos literarios como
la crítica o la investigación sobre literaturas extranjeras en las que me he
especializado. En segundo lugar, el trabajo de creación está mal retribuido en
España y es necesario buscar canales de ingresos, como las traducciones, por
ejemplo”.
Sólo la publicación en 1980 del primero de los
tres volúmenes de relatos sobre la guerra civil le devuelve al primer plano de
la actualidad literaria, aunque el alto reconocimiento a sus valores literarios
no se acompañó de un reconocimiento popular. Zúñiga fue siempre, y sigue
siéndolo en la actualidad, un escritor medio oculto, misterioso y solitario,
pesimista sobre el presente de España: “Ahora asistimos al empobrecimiento de
España como proyecto. En unos meses han arrasado la cultura, la sanidad, el
trabajo digno”.
Juan Eduardo
Zúñiga sigue viviendo en Madrid, su ciudad de siempre, ahora frente al Retiro.
Lleva tiempo preparando unas memorias mientras, dice, “recupero el pasado,
intento descubrir el significado de mi destino en mi época y en los que he
tenido cerca”.
BIBLIOGRAFÍA
NOVELAS:
1951: Inútiles totales (novela corta).
Talleres Gráficos de Fernando Martínez
1962: El coral y las aguas. Seix Barral.
Reedición en Alfaguara, 1995
1999: Flores de plomo. Alfaguara
RELATOS Y
COLECCIONES DE CUENTOS:
1980: Largo noviembre de Madrid. Bruguera.
Reedición en Alfaguara, 1990
1989: La tierra será un paraíso. Alfaguara
1992: Misterios de las noches y los días.
Alfaguara
2003: Capital de la gloria. Alfaguara
2010: Brillan monedas oxidadas. Galaxia
Gutenberg
ENSAYOS Y
OBRA DIVERSA:
1945: La historia de Bulgaria. Pace
1967: Los artículos sociales de Mariano José de
Larra. Taurus
1977: Los imposibles afectos de Iván Turgueniev.
Editora Nacional. Reeditado en Alfaguara con el título de Las inciertas pasiones de Iván Turgueniev, 1996
1983: El anillo de Pushkin. Lectura romántica de
escritores y paisajes rusos Barcelona, Bruguera. Reeditado en Alfaguara,
1992
1990: Sofía (Libro de viajes). Destino, col.
“Las Ciudades”
2010: Desde los bosques nevados (Memoria de
escritores rusos). Galaxia Gutenberg
EDICIONES
EN EL MERCADO DE SUS TRES LIBROS DE CUENTOS SOBRE LA GUERRA CIVIL EN MADRID:
-- Sueltos
en tres tomos, en Alfaguara.
-- En un
solo tomo bajo el rótulo La trilogía de
la guerra civil más el añadido de dos relatos inéditos, en Galaxia
Gutenberg. (Los relatos inéditos se titulan “Caluroso día de julio” e
“Invención del héroe”).
-- En un
solo tomo, con el título en la portada de cada uno de los tres volúmenes (Largo noviembre en Madrid, La tierra será un
paraíso y Capital de la gloria),
en Cátedra, Col. Letras Hispánicas, nº 607, edición preparada por Israel
Prados.
DICCIONARIO PERSONAL DE JUAN
EDUARDO ZÚÑIGA
A de ATMÓSFERA
En ciertas épocas
nos movemos en un ámbito brumoso que se refleja en la misma incertidumbre de
nuestro comportamiento; y los caracteres y rasgos de ese ámbito de la guerra se
prestaban, o así lo entendí yo para dar a los cuentos la peculiar calidad que
yo buscaba, una atmósfera lóbrega, un cierto misterio incluso (Ínsula, nº 406, septiembre 1980).
B de BRIGADAS
INTERNACIONALES
Para juzgar a las
Brigadas Internacionales hace falta una objetividad a la que todavía no se ha
llegado. Los internacionalistas representaron un espíritu de solidaridad y de
defensa de la legalidad democrática en España (El Cultural, 27.2.2003).
C de CAPITAL DE LA GLORIA
Es otra
perspectiva de lo que he escrito sobre la guerra civil. El espacio es el mismo,
Madrid, pero la ciudad ya no se defiende. En Capital de la gloria hay más relación entre la ciudad arruinada y
la crisis de los personajes (El Cultural,
27.2.2003).
C de COMPROMISO
Todo ese
prestigio y elegancia con que se está promocionando la palabra “descompromiso”,
no ha podido enmascarar la fatalidad de que siempre, con alguna razón de
nuestro mundo, estamos comprometidos (El
Urogallo nº 41, octubre 1989).
E de ESCRITURA
He llegado a la
conclusión de que se escribe por un impulso de corrección del mundo que nos
rodea. Pero esta actitud no es un mero acto contestatario, sino que es algo más
remoto, más inicial. No nos satisface la vida de nuestros primeros años, y una
forma de combatirla, una forma de expresar ese desacuerdo cuando ya es inútil
es el escribirlo. Otras personas con diferente carácter buscarán diferentes
canales para expresar ese rechazo de lo circundante; pero el hombre
predispuesto a expresarse literariamente ve
como su único vehículo su pasivo vehículo, la escritura (Ínsula, 406, septiembre 1980).
E de ESTILO
Con estos
materiales podía hacerse costumbrismo o memorias escuetas o un panfleto. Yo
procuré darle una complejidad al texto para que, cuando se leyera, viera el
lector que estaba ante un texto literario. Utilicé así un párrafo largo, hay
como una fluidez del pensamiento que se va enhebrando. Esta fórmula me servía,
mejor que cualquier otra, para expresar las confidencias (El Mundo, suplemento “Libros”, 13.5.1990).
Desde mis
comienzos estuve atento a que el lenguaje fuera exacto, sin palabras
innecesarias, huyendo de la redacción rápida e informativa pues el lenguaje
escrito, que ha de expresar un pensamiento vivo, debe ser medido, calculado,
riguroso: tal es la calidad de la literatura (El Urogallo nº 41, octubre, 1989).
G de GÉNESIS:
Pasados muchos
años percibí que necesitaba reelaborar literariamente aquel pasado. Y no creo
que fueran los impactos más definitivos los que quedaran de manera más
indeleble en mi retina. Fueron las pequeñas particularidades de la vida
cotidiana
G de GUERRA CIVIL
Quiero aclarar
que la guerra civil no es propiamente el tema del libro, sino su telón de fondo
sobre el que se agitan los eternos problemas de la condición humana… Estos
cuentos no son la crónica de unos hechos heroicos, sino el reflejo de la vida
cotidiana llevada a cierto límite por las condiciones excepcionales y extrañísimas del asedio a la ciudad durante
casi tres años (Ínsula, nº 406,
septiembre 1980).
L de LARGO NOVIEMBRE DE MADRID
En el conjunto de
los dieciséis relatos de que consta el libro hay una serie de leiv motif, en los que quise insistir
para mediante ellos lograr una estructura unitaria e incluso dar una idea de
continuidad en el desarrollo de las acciones. Con mayor o menor desarrollo ahí
están: el miedo, la cobardía, el hambre obsesiva y también el hambre de amor,
la ceguera, el olvido. Por ejemplo, aparece como un hecho no que la guerra crea sino que la
guerra saca a la superficie la ruptura de los lazos familiares por la ambición
y la codicia (Ínsula, n1 406,
septiembre 1980).
Yo me encontré
con un pequeño tesoro de recuerdos de aquella época, fui adolescente durante la
contienda, pero a mí lo que interesaba era la reacción a la lucha en la
psicología de la población civil, o de la gente sin voz, en una ciudad sitiada,
amenazada por el bombardeo, la falta de alimentos y todas las incomodidades de
la vida cotidiana. Y comprobar qué perduraba del ser humano y de las pasiones
eternas en unas circunstancias tan adversas (ABC Cultural, 10.4.1999).
Relato, de una
manera oscura, la vida en el interior de la ciudad. La guerra es como una
epidemia, algo monstruoso que lo cambia todo. Recuerdo como si la guerra
hubiese hecho nacer una doble personalidad en todos los que vivíamos en Madrid
(Mundo Obrero, 15.5.1980)
En mi libro la
idea que tuve fue referirme no al hecho en sí de la guerra, no al aspecto
heroico de la misma. Pensé en describir este mundo interno que subyace en todos
los acontecimientos bélicos, y eso es algo que no ha sido tratado. Se han
escrito muchos libros sobre la guerra civil, pero esa visión de las personas no
se había escrito. Por eso me pareció que debía ser una novedad y lo escribí (Mundo Obrero, 11.5.1980).
L de LITERATURA
Para mí, la
literatura tiene una primera finalidad, y es que el autor escribe por una
necesidad imperiosa de hacerlo, llámese necesidad de comunicarse, o lo que sea.
Se trata de un impulso profundo que tiene el escritor, estas razones personales
o íntimas. También refleja el mundo que le rodea y, por tanto, la literatura
puede ser un doble testimonio, una doble información de la evolución íntima de
un hombre y también la evolución de unos acontecimientos que le han rodeado.
Hay una vertiente psicológica y una vertiente social (Mundo Obrero, 11.5.1980)
M de MADRID
Me propuse
conseguir una atmósfera espectral, la atmósfera de una ciudad incoherente, con
personajes fantasmales. Todo estaba dislocado (El Mundo, suplemento “Libros”, 13.5.1990).
M de MEMORIA
La memoria como
una forma de supervivir, de conservar la experiencia que va a nutrirnos durante
años y que será como una riqueza que da la vida. Pero el olvido acecha
constantemente y unos personajes lo defienden para escapar de la
responsabilidad o para salvarse del horror o para continuar siendo lo que son (Ínsula, nº 406, septiembre 1980).
P de PERSONAJES:
[Hice] una
travesía de Madrid relacionándome con los personajes, no precisamente
ejemplares, que no se adscribieron a ninguno de los dos bandos que estaban en
la contienda, sino que vivían en soledad, con mala conciencia por no tener un
compromiso. Estos son los personajes que he querido ir poniendo en el papel (El País, 4.6.2009).
No había heroísmo
[en mis personajes]. Lo heroico estaba en esa cierta lejanía de una ciudad
asediada, hambrienta, bombardeada. Ellos eran como personas que pretenden hacer
algo y no lo consiguen Es la búsqueda de una realización, por eso no son
personas ejemplares; son personas más bien anodinas (El País, 4.6.2009).
P de POLÍTICA
Concretamente, yo
no me atrevo a decir que el escritor deba unirse de una manera directa a un
partido. Esto lo determina cada uno en el fondo de su conciencia. Pero de lo
que sí estoy convencido es de que el escritor debe convivir con los momentos
políticos de su país y marchar con el ritmo de su tiempo. El escritor, en fin,
no puede desentenderse de lo que está ocurriendo en política (Mundo Obrero, 11.5.1980).
P de POSGUERRA
Fue lamentable
porque persistió el espíritu de la guerra, pero se reveló la intensidad del
instinto de supervivencia, el ansia de salvarse, de ser feliz (El Cultural, 27.2.2003).
P de PROCESO DE
ESCRITURA:
Soy un escritor
lento y minucioso; escribo todos los días por la mañana y no ahorro papel en
las varias versiones que voy elaborando. Me esfuerzo en conseguir la verdad
oculta de las palabras, claridad y un ritmo en las frases, un sonido. Rompo y
guardo mucho, porque no publico todo lo que escribo y a veces ese material lo
vuelvo a utilizar posteriormente (ABC
Cultural, 16.2.2013).
R de RELATO CORTO
Me ha interesado
siempre la intensidad del relato, su capacidad para sugerir en unas pocas
palabras sentimientos y estados de ánimo complejos. Es como si fuera el ritmo
de mi respiración (ABC Cultural,
16.2.2013).
R de RESISTIR
[Mis libros] no
fueron escritos con una conciencia de derrota, sino intentando describir una
época y a quienes sufrían o se oponían a ella. Considero que no claudicar es un
mandato ético, de lealtad, de fidelidad, para mí virtudes vigentes. Hago mía
una afirmación del magnífico poeta catalán Martí i Pol: “La verdadera muerte es
desertar” (El Urogallo nº 41,
octubre, 1989).
S de SENTIDO DE
SU OBRA
No creo que se
pueda humanizar la guerra. Es imposible humanizar la destrucción y el
sufrimiento a gran escala. Pero sí tuve conciencia de que era el gran drama de
la España contemporánea. No me han interesado los hechos bélicos ni los
combates en los frentes sino las consecuencias en la población civil, su
desamparo, su búsqueda de la felicidad aun en las condiciones más adversas, la
lealtad y las traiciones, y finalmente, siempre, la atracción del amor (ABC Cultural, 16.2.2013).
En principio, mi propósito no fue tocar el
tema bélico porque no me interesaba. Ya se habían escrito novelas sobre la
guerra. Yo quería hablar de la situación de la población civil (El Mundo, suplementos “Libros”,
13.5.1990).
Me interesé por
la vida de las pasiones en un momento
tan excepcional como es una ciudad sitiada. Pasiones y todo lo que esto
conlleva. El ser humano, incluso en momentos de peligro evidente, no pierde su
capacidad de amar, odiar o envidiar. La vida urbana se mantiene, pero saltan
por el aire muchas instituciones. La gente quedó entonces privada de muchas
cosas materiales, pero con una conciencia más libre (El Mundo, suplemento “Libros”, 13.5.1990).
T de LA TIERRA SERÁ UN PARAÍSO
Era la dolorida
peripecia de los que no se resignaron a quedar vencidos. Ellos ponían en
práctica un tipo de lucha y de oposición a lo que les rodeaba. Recogí, en los
distintos cuentos, la conciencia clandestina de oposición política,
generalizada, al margen de cualquier partido (ABC Cultural, 10.4.1999)
[i] Las palabras y frases
entrecomilladas del texto pertenecen a frases del autor recogidas en diversas entrevistas periodísticas.
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